domingo, 19 de julio de 2015

Gobierno de Rafael Moreno Valle, hasta el cuello de corrupción
Regeneración, 17 de julio del 2015.-Altos mandos policiales del Estado de Puebla, detenidos con el cuerpo del delito, por robo de combustible a Pemex, señalaron al secretario de seguridad pública poblana, Facundo Rosas Rosas, como el líder de la red delictiva responsable de hurto del energético.
Sobre Facundo Rosas Rosas excomisionado de la policía federal (junio 2009-febrero 2012) pende la acusación de ordenar el operativo que llevó a la muerte del niño José Luis Tehuatlie en Chalchihuapan, Puebla, además de ser señalado como autor intelectual del homicidio, ejecutado por fuerzas policiales de un estudiante de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa.
Rosas Rosas, empleado al servicio de Genaro García Luna, secretario de seguridad pública federal durante el sexenio de Felipe Calderón, fue llamado colocado por el gobernador Rafael Moreno Valle como secretario de seguridad pública, desde donde ha sido el operador de diversos actos de represión y espionaje, que han caracterizado la administración de Moreno Valle, con la finalidad de acallar a organizaciones civiles que lo acusan de llevar a prisión a más de 150 activistas opositores a su proyecto de gobierno empresarial.
Marco Antonio Estrada López, director de la policía estatal preventiva, detalló en su declaración ante la PGR, que cada semana ‘rendía cuentas’ a Facundo Rosas Rosas en reuniones privadas en la capital poblana. Además de revelar que el secretario de la SSP recibía dinero por parte de la delincuencia organizada para encubrirlos en el robo de hidrocarburo.
Para el cobro de cuotas por escoltar o permitir el paso de cargamentos de combustible robado de los ductos de Pemex por diversos tramos carreteros, Estrada López utilizó de forma sistemática, a un grupo funcionarios públicos incondicionales, que permitían el trasiego y custodia del combustible sustraído de tomas clandestinas, lo cual se había convertido en un asunto cotidiano.
La actividad ilegal de los mandos policiacos fue descubierta por la Sedena en la región de Tepeaca, mientras se al estilo Peña Nieto, el gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle vacacionaba en Europa.
El jefe inmediato del exdirector de seguridad pública poblano, es Marco Antonio López Escamilla, que ostenta el cargo de subsecretario de Operaciones Especiales. Se trata de un mando policial que fue secretario de seguridad en Oaxaca, y que llegó al gobierno poblano por recomendación del exgobernador oaxaqueño, Diódoro Carrasco, nombrado por Moreno Valle como enlace del gobierno poblano con el D.F., aunque en la práctica su operador político.
El periódico Central informó que “Marco Antonio Estrada López y el ex titular del GOES, Tomás Méndez Lozano, formaban parte de una red que pagaba a uniformados hasta 25 mil pesos y mil litros de gasolina por semana a cambio de encubrir a la principal banda de robo de hidrocarburo liderada por un sujeto de apodo “El Gasparín”. Según mensajes enviados desde ayer por los propios uniformados estatales, Estrada apoyaba a esta banda en municipios como San Martín Texmelucan, Tepeaca, Amozoc, Acajete, Nopalucan, Acatzingo, Rafael Lara Grajales y Esperanza”.
El diario reportó que una semana atrás, Facundo Rosas Rosas había presumido la detención de 20 sujetos relacionados con el robo de hidrocarburo, anunciando que se había incrementado el patrullaje en las zonas donde ocurría constantemente el delito. Pero todo formaba parte de una “cortina de humo” con la cual, Estrada y su banda intentó hacer pasar todo como una confusión. Su versión se mantuvo en el mismo sentido hasta que sus subordinados comenzaron a dar detalles concretos de personajes y montos en los que era comercializado el combustible.
El hecho delictivo fue descubierto al momento que fueron detenidos, por el Ejército que tenía ubicada perfectamente la colusión entre uniformados y miembros de la banda. Ya les seguían la pista. Incluso había ocurrido un enfrentamiento entre militares y policías estatales, dos meses atrás. La “inteligencia” militar, sabía que el teniente Estrada se había salido de control, dejando de aportar “comisiones” de dinero a su gente y al final fue esta, quien lo delato.
Facundo Rosas Rosas, ante la ausencia vacacional de su jefe Moreno Valle, ha intentado que todo siga funcionaba como se sucedía hasta antes de la detención Marco Antonio Estrada López y Tomás Méndez Lozano, dedicados a la ordeña de ductos de Pemex. Por lo que ha evitado que se realice un pronunciamiento oficial por parte del gobierno poblano.
El diario La Jornada, hizo pública la denuncia de un grupo de policías que pidieron el anonimato. La cual indica que “Marco Antonio Estrada López —detenido por robo de combustible de Pemex—, tuvo el cargo de teniente del ejército mexicano del grupo de élite ‘Gafe’ ahora ‘Cuerpo de fuerzas especiales de México’.
“Ahí se desempeñó como cocinero para luego desertar, posteriormente se desempeñó como elemento de seguridad privada y aquí en Puebla lo debuta Facundo Rosas Rosas, primero como inspector en Jefe y luego lo asciende como Comisario, cuando el grado de Comisario de acuerdo con la ley de Seguridad Pública del estado contempla esa figura con un mínimo de 25 años de servicio y previas promociones satisfactorias cuando menos cada tres años. Sin embargo, ese grado policial fue logrado en 2 años por el ‘Comisario’ Marco Antonio Estrada López, quien ahora es indiciado por delitos federales denominados como graves”, todo bajo la operación de Facundo Rosas y la protección de Rafael Moreno Valle, informó La Jornada.
Con información de: Sin Embrago 160715 y La Jornada 170715


viernes, 17 de julio de 2015

“[Los guardias] se dirigían a él como ‘Don Joaquín’ y si no estaba le llamaban ‘El Señor’”

Redacción / Sin EmbargoHace 1 hora
© Proporcionado por Sin Embargo Bertold Martínez, líder del Movimiento Popular Guerrerense. Foto: Giulio Petrocco, La Vanguardia
Por Elisabet Sabartés, corresponsal de La Vanguardia en México *
Ciudad de México, 16 de julio (SinEmbargo/LaVanguardia).- Bertoldo Martínez Cruz, médico de 59 años, es el líder del Movimiento Popular Guerrerense, organización de base de la izquierda radical mexicana. En 1999 fue detenido por su actividad como presunto mando guerrillero y encarcelado en el penal de máxima seguridad de Puente Grande, en el estado de Jalisco. Ingresó en la galería número 3, la misma en la que estaba Joaquín Guzmán, alias “El Chapo”, capo del cártel de Sinaloa. El militante de la subversión y el barón de la droga acabaron trabando amistad.
–¿Cómo conoció “El Chapo” Guzmán?
–Yo salía de estar dos semanas en el centro de observación y clasificación de Puente Grande, donde me catalogaron con el grado de alta peligrosidad, el mismo que tenía Joaquín. Entró en mi celda y me dijo: “Que muchos huevos, ¿no?”. Yo me le quedé viendo, chaparrito él, ojos claros, muy vivo, muy listo, y le contesté: “Pues son dos los que me traje”. Luego preguntó: “Quiero que me digas a cuántos guachos (militares) mataste en Guerrero”. Y yo le respondí: “Si no se lo dije a los guachos que me torturaron, tampoco te lo voy a decir a ti”.
–¿Y no se molestó?
–Para nada. “Ya me estás gustando”, dijo, y preguntó mi nombre. Se lo di, le pedí el suyo y él se presentó: “Soy Joaquín Guzmán Loera”. Encontrarle fue sorpresivo, yo no sabía que él estaba en esa cárcel. “Te he leído en la prensa”, le dije. Y ahí me di cuenta de quien se trataba. Luego siguió: “¿Hay mota (mariguana) en Guerrero?” y le contesté: “¡Por chingo!”. “Porque ya quiero salir a trabajar, he gastado mucho dinero en mi defensa”, se lamentó. “¿Cómo cuánto?”, pregunté. “Unos 300 millones”, soltó. Nunca supe si eran pesos o dólares.
–¿Qué sucedió después de ese primer encuentro?
–Yo y tres compañeros éramos los únicos presos políticos en Puente Grande y los custodios nos trataban muy mal. Nos humillaban, aplicándonos la carrilla (tortura psicológica) frente a los demás presos. Nos revisaban desnudos hasta 18 veces al día, nos daban de comer aparte, nos obligaban a desfilar con la frente baja… Al cabo de un tiempo, Joaquín nos gritó: “¡Alcen la cara, guerreros!” y protestó con los funcionarios de la cárcel. “Ellos son mis amigos, dejen de hacerles eso”, les dijo. También entró medicinas para uno de nosotros que estaba enfermo. Era un hombre solidario, humanitario.
–¿“El Chapo” gozaba de privilegios?
–Sólo dos. Era el único que tenía teléfono celular y el único que recibía prensa: el diario La Jornada y la revista Proceso [ambas, publicaciones de izquierda]. Al resto nos lo tenían prohibido.
–¿Y mujeres?
–Nunca las vi entrar. Sólo en una ocasión escuché que iban a rifar a una mujer para los que estábamos en el módulo 3. Pero nosotros, como presos políticos, no podíamos inmiscuirnos en esas cosas. Y no porque fuéramos unos santos…
–¿Cuál era la actitud de los guardias hacia “El Chapo”?
–De muchísimo respeto. Se dirigían a él como ‘Don Joaquín’ y cuando no estaba presente le llamaban ‘El Señor’.
–¿Y la de él hacia los guardias?
–Respetuosa. Ni con autoridad ni desprecio. No era prepotente, más bien sencillo.
–¿Usted realizaba actividades con “El Chapo”?
–Jugábamos a basquet, dominó, rummy (cartas)… Y también a ajedrez. Él era bueno para eso. Además íbamos a la escuela de forma obligatoria, comenzando desde primero de primaria. Nos decían que era para “reeducarnos”. Joaquín no tenía la secundaria completa y en la cárcel terminó hasta bachillerato. Tenía un buen nivel intelectual y era muy leído.
–¿Hablaban de política, del narco?
–De política, en general, y en ese tiempo el narco era otra cosa; no había la violencia de ahora. Pero él tenía cierta conciencia social y consideración hacia la gente pobre. En la cárcel ayudaba a los que no tenían recursos.
–Los cárteles y la guerrilla de Colombia hacen negocios y mantienen alianzas estratégicas. ¿Guzmán le propuso algún trato parecido?
–No exactamente. Aunque una vez me comentó: “En lugar de estar aquí, encerrado, mejor me hubiera ido a la sierra con ustedes y les hubiera financiado”. En otra ocasión, ya cerca de las elecciones presidenciales del 2000, me hizo una propuesta. Él sabía de nuestros vínculos con el PRD (Partido de la Revolución Democrática), que llevaba de candidato a Cuauhtémoc Cárdenas. Vino a preguntarme quien iba a ganar y yo le respondí que Cárdenas. “¿No será el señor de las botas?” (Vicente Fox, candidato de la derecha), dijo. Yo se lo negué, aunque luego así fue. Entonces me ofreció: “Dile a ‘Témoc’ que, si quiere ganar, trate con nosotros”. Nunca lo hice.
–¿Quién salió primero de la cárcel?
–Fui yo, en el 2000, y Joaquín me anunció la fecha. “Te vas el 6 de abril”, me dijo. Y así fue. También me pidió que cuando él saliera, yo le recogiera. Entendí que me quería armado… “Gente que tira plomazos, tengo a montones, pero no tengo el poder que tu tienes, el del prestigio. Voy a salir siendo amigo de Bertoldo Martínez”, me dijo. Yo sentía el deber moral de hacerlo, como agradecimiento hacia él, por habernos defendido. Pero no sucedió así: en el año 2001 se fugó.
–¿Le gustaría volver a verle?
–Sí. Para echarme una buena plática con él. Preguntarle por qué tanta crueldad, tantas muertes inocentes. Y pedirle que utilice su poder y su dinero para ayudar a la gente.
* Este texto es publicado con autorización expresa de la periodista y de La Vanguardia


Ingeniería inversa a las obras del narco.
 “Aprenderíamos mucho
si apoyáramos 
nuestro análisis a la
ingeniería inversa”.
Abel Pérez Rojas
Considero que la reciente fuga de Joaquín Guzmán Loera “El Chapo Guzmán” es una historia que conlleva dos elementos que van de la mano: la capacidad para corromper y corromperse sin límites y una gran capacidad para trabajar con equipos altamente especializados en diversas áreas del conocimiento.
Hace poco más de una año, recién había sucedida la reaprehensión de El Chapo Guzmán, escribí un artículo que titulé La pedagogía financiera del narco. En aquella ocasión dije habría que reconsiderar hacer objeto de estudio las estrategias económicas de Guzmán Loera, calificado como genio financiero por haber ido de la pobreza al punto de ser considerado como uno de los hombres más ricos del mundo.
En aquél entonces le subrayé que no se trataba de hacer una apología de la delincuencia, pero sí de estudiar seriamente un fenómeno que denota un trabajo minucioso, bien planeado y mejor ejecutado, independientemente de combinar violencia con sobornos.
En ese mismo sentido, ahora es necesario conocer a fondo la capacidad imaginativa y tecnológica empleada en la construcción de un túnel de aproximadamente 1,500 metros de longitud, ingeniosamente ventilado e iluminado, así como del sistema necesario para trasladar en el menor tiempo posible a un hombre 58 años de edad.
Quizá sólo los documentales televisivos -tipo Mega Construcciones (titulado originalmente Extreme Engineering) transmitido por Discovery Channel y The Science Channel- se encargarán de una investigación así.
Evoco todo esto porque en la ingeniería de la construcción se inicia de cero para llegar a un fin, pero si aplicamos la ingeniería inversa, es decir, la obtención de información a partir de un producto para deducir los materiales y la tecnología empleada en su construcción, entonces estaremos aprovechando didácticamente, en gran medida, el tiempo y dinero que está usando la delincuencia para hacer de las suyas.
Imagínese el día, el año, la década, en la que verdaderamente se pueda decir que por fin concluyó la guerra delincuencial que estamos viviendo. Imagine usted que en aquél entonces con las obras e innovaciones tecnológicas delincuenciales, montaremos cientos de exposiciones y podremos escribir gran cantidad de publicaciones de lo que desarrollaron y aprovecharon estos señores y que los llevó a estar en la punta de la conflagración que vivimos.
En resumen: ¿No le parece que ya tenemos que aprender del crimen organizado -obviamente desde una postura radicalmente distinta por ser ética- de su ingeniería civil, de su genialidad financiera, de sus avances robóticos y químicos, y de cómo establecer redes de colaboración y apoyo mutuo, sólo por citar algunos ejemplos?
Bien vale la pena lo anterior, si superamos todos nuestros prejuicios, no sólo como una cuestión aisladamente pedagógica, sino como una forma de entender en dónde estamos parados y volver a creer que aún hay luz en el camino.
Abel Pérez Rojas (@abelpr5) es doctor en Educación Permanente. Dirige: Sabersinfin.com.

jueves, 16 de julio de 2015

EXIGE QUE AUTORIDADES FEDERALES INVESTIGUEN A FUNCIONARIOS ESTATALES Y MUNICIPALES.

Denuncia MAS que durante gobierno de Moreno Valle,  robo de combustible aumentó  más del 500 por ciento.
· Las autoridades que debería proteger a los ciudadanos, sirven a la delincuencia
Movimiento por la Alternativa Social, MAS, denunció que el robo de combustible que en los últimos años se venido agravando en el estado de Puebla en perjuicio de la paraestatal PEMEX, se ha venido agravando y que ahora se sabe que el ilícito se hace con la complicidad de autoridades estatales, al ser detenidos por el ejército, el jefe de la Policía Estatal Marco Antonio Estrada López y Tomás Mendoza Lozano jefe del Grupo de Operaciones Especiales, GOES.
Marcos Mazatle, dirigente del MAS, explicó que en el estado de Puebla, el robo de combustible es un delito que va a la alza.
Detalló que según información proporcionada por PEMEX durante los primeros dos años de gobierno de Rafael Moreno Valle, se han detectado más tomas clandestinas que durante todo el sexenio de Felipe Calderón. 500 por ciento más durante el actual gobierno de Puebla.
Dijo Mazatle que lo anterior quedó evidenciado con la captura del director de la Policía Estatal Marco Antonio Estrada López y del jefe del Grupo de Operaciones Especiales, GOES, Tomás Mendoza Lozano.
Señaló que los anteriores funcionarios del gobierno de Rafael Moreno Valle habían sido  investigados por las autoridades federales desde hace meses por el robo de hidrocarburos.
Recordó Mazatle que Marco Antonio Estrada  fue uno de los responsables de coordinar la brutal represión a los habitantes de Chalchihuapan el 9 de julio del año pasado, dando como resultado la muerte del niño José Luis Tehuatlie y lesiones graves a nueve personas y más de cien con heridas menos graves, además de docenas de detenidos. Como premio por la represión, a Estrada López lo nombraron director de la Policía Estatal.
Las autoridades que debería proteger a los ciudadanos, sirven a la delincuencia, el problema es más defondo y exigimos que se habrá este caso. No queremos ser tan negativos, pero hay que investigar a los jefes de los detenidos, y a los jefes de los jefes hasta que se llegue a hasta las últimas consecuencias, porque hoy se habla de robo de combustible pero quizás se pueda hablar hasta de secuestros de robos, extorsión y demás cosas, es muy delicado lo que está pasando hoy en Puebla. Esto es un asunto de fondo que no se puede decir que se agarraron a dos funcionarios y ya. Porque estaban a cargo de la seguridad del estado de Puebla. ¿Quien está detrás de ellos?
Exigimos que Carrancá si no puede ya que renuncie.
Además, el MAS pide a la Secretaría de la Defensa investigue a los ediles de Amozoc, José Cruz Sánchez y Acajete Antonio Aguilar Reyes por su presunta colusión en el robo de combustible.


domingo, 12 de julio de 2015

Lo volvió a hacer. El mayor narcotraficante del mundo escapó por segunda vez de una cárcel mexicana.

La fuga de El Chapo, duro golpe para el gobierno de Peña Nieto.
Y la fuga de Joaquín "El Chapo" Guzmán de una prisión de máxima seguridad seguramente representa un duro golpe para el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto.
El fundador del Cartel de Sinaloa, de 58 años, había sido capturado en febrero del año pasado tras más de una década prófugo de la justicia.
Se encontraba recluido en la prisión de El Altiplano de donde huyó, informaron las autoridades este domingo, a través de un túnel de un kilómetro y medio de longitud.
Ahora es buscado por un amplio operativo de seguridad.
Golpe al gobierno
Su fuga, anunciada el sábado por la noche en México, es sin embargo la noticia que nunca hubiera querido dar el gobierno de Peña Nieto.
Las autoridades ordenaron un nuevo operativo de búsqueda de "El Chapo" Guzmán.
Hace un año y medio su captura le sirvió al presidente –quien se encuentra de gira en Francia y aún no se ha pronunciado sobre el hecho– para mostrar que su estrategia de combate a los carteles del narcotráfico daba resultado, al menos desde el punto de vista simbólico.
Porque, en la práctica, poco parece cambiar con la detención de las figuras más visibles de las organizaciones criminales.
Su gobierno llegó con una lista de más 100 objetivos prioritarios en materia de seguridad y la gran mayoría han sido capturados.
Pero el infierno de la violencia generada por la guerra del narco no merma.
Y aunque la presencia en el terreno de "El Chapo" no parece modificar sustancialmente el escenario, sí asesta un duro golpe a la imagen de un gobierno empeñado en mostrar que el combate a los carteles va por buen camino.
Dudas
Por lo pronto, la gran pregunta que se hace México en estos momentos es: ¿cómo fue posible?
Esta es la segunda vez que "El Chapo" se escapa de un penal mexicano de máxima seguridad.
Las autoridades habían rechazado las solicitudes de que "El Chapo", quien se había fugado de otro penal de máxima seguridad en 2001, fuera extraditado a Estados Unidos.
En enero de este año, el entonces procurador general Jesús Murillo Karam, aseguró que no había peligro de que Guzmán se fugara y que debía permanecer en México por una cuestión de soberanía.
Ese riesgo "no existe", declaró en esa oportunidad el funcionario.
Y, por eso, el escape so sólo es una burla al sistema carcelario mexicano, sino también unamuestra de las dificultades para mantener tras las rejas a los criminales más poderosos del país.
Según analistas en seguridad, parece poco probable que una fuga de esta magnitud haya tenido lugar sin algún tipo de connivencia de parte de sus custodios.
¿Pueden las cárceles mexicanas retener a criminales de la talla de Guzmán?
"Es un golpe muy duro para Peña Nieto pero más que nada para el Estado mexicano", asegura el analista en seguridad Alejandro Hope.
"Demuestra una debilidad en toda la cadena de seguridad y justicia", añade el experto.
De hecho, la cárcel de la que escapó "El Chapo" tenía fama de inexpugnable y ahí se encuentran varios líderes de carteles aprehendidos en los últimos tiempos.
Y aún si el operativo de seguridad que está en marcha permite una nueva captura de Guzmán, muchos se preguntarán cuál será la utilidad de volver a encarcelarlo en una cárcel local.
El Estado mexicano y sus instituciones vuelven a ser puestos a prueba por el narco.